La terapia con Música e Imagen Guiada (GIM en sus siglas en inglés) se dirige a adultos que tienen: necesidad de aliviar síntomas como dolor, ansiedad, tensión, estrés; expresar y dar valor a los propios sentimientos; modificar pautas de comportamiento; tomar decisiones ante conflictos; aumentar la confianza en uno mismo; y/o fortalecer su estado global de bienestar.